GRACIAS PANCHO POR DARNOS A PAMPITA.
La leyenda cuenta que alguien, al descubrirla en la playa y en biquini, en lugar de gritar abracadabra, pronuncio un apodo.
Y fue entonces cuando Ana Carolina Ardohain Dos Santos se transformo en lo que es hoy, una foto.
Sin embargo, esta esfinge congelada por los flashes -siempre provocativa, siempre destapada, siempre alegre- tiene un don que confirma el milagro: habla.
El resultado es una formula extraña y perfecta.
La foto corresponde a una sex symbol de sonrisa ardiente y contagiosa. Las palabras, en cambio, a una chica ingenua que confiesa que todas las noches duerme con aparatos de ortodoncia para disciplinar sus dientes.
Pampita, la foto, es esa santisima trinidad de numeros magicos: 90-58-90. Es, ademas, ese metro y sesenta y siete centimetros de altura que exhibe provocativamente y sin falso pudor. Enumerar sus medidas seria una forma de presentacion contundente para cualquiera, menos para ella. Porque Pampita, cuando habla, revela algo mas: las aritmetricas del mundo fashion no son humanas. Le faltan algunos centimetros para ser considerada una top model internacional y, aunque parezca increible, le sobran algunas curvas para que la alta costura la convierta en una divinidad. Por eso, explica, ella entendio que necesitaba un "bonus track", un extra.
Por supuesto, hubo un tiempo en que Pampita fue simplemente humana. Nacio el 17 de Enero en General Acha, en la provincia que le legó el diminutivo. Su madre, Tanya Dos Santos, es una brasileña que llego de visita a esas tierras y se enamoro del hombre con el que tuvo su unica hija. Papa Ardohain se caso luego con otra mujer, tuvo otros hijos y se murio cuando Pampita tenia, apenas, siete años y una infancia partida en dos: la casa de su mama modista, en la ciudad de Santa Rosa y el campo de su papa, los findes de semana.
Curso al primaria en la Escuela Numero 1, la secundaria en el colegio Republica Argentina y tomaba clases de danza en un instituto privado, donde aprendio a soñar con el escenario del Teatro Colon, un viaje a Buenos Aires y una glamorosa fama, como premio a tanta rutina sacrificada. Se conformó, en cambio, con su corona de Reina Nacional de los Estudiantes, un titulo suficiente como para impulsarla a la aventura porteña, sin mas dotes que los quinientos pesos que ahorro tras una temporada de trabajo como tarjetera de un boliche pampeano y una breve incursion en el local Canal 3, como adorno y secretaria. "Yo era la que, cuando sorteaban una bicicleta, sacaba el numero de la urna", detalla.
Ya en Buenos Aires se acomodo en un monoambiente compartido con una amiga y a la agenda del desarraigo: esperar la encomienda con comida que le enviaba su mama y buscar trabajo como vendedora o empleada. Primero fue en un bowling, luego en un negocio de las Galerias Pacifico, por ultimo en un local de la firma John L. Cook en Martinez. Levantarse temprano, tomar el colectivo, trabajar todo el dia, añorar el fin de semana. La prehistoria de Pampita no es mas que una postal del "aqui no pasa nada", hasta que la marca para la que trabajaba decidio ahorrar dinero en su nueva campaña. En lugar de modelos famosas, la publicidad iba a mostrar a las mas lindas de sus empleadas.
Le colocaron un pulover, unos jeans y asi, a cara lavada, participo de esa sesion que la convirtio en un poster, junto a otras chicas, y por la cual no le pagaron nada.
La leyenda cuenta que el sagaz Pancho Dotto se topo con aquella foto en un aeropuerto. Que llamo a la firma y pidio su telefono y la llamo para ofrecerle su primer casting. Que solo le dije: "Buscan una chica latina, con cara comercial, que sea divertida y que baile". Asi fue como Pampita obtuvo su titulo de modelo: bailando para la foto. En Mexico. El antes y el despues es, por supuesto, vertiginoso. Otra foto, una tapa, esa cola, aquel gesto. Y el apodo magico que la destinguio del resto.
Ya pasaron tres temporadas pero, tal vez por el "efecto-Dotto", desde entonces Pampita siempre tiene 21 años. Algunos de quienes la rodean pretenden que los medio paguen por hacerle notas, curiosidad que acaso algunos llevan a cabo. Estos amaneramientos no han logrado oscurecer la belleza y las posibilidades de una chica que no los necesita.
Tiene una trayectoria como notera en el programa televisivo El Rayo, varias fotos en cuantro patas, un fugaz madrinazgo de la seleccion Argentina de futbol, dos noviazgos promocionados, un nuevo amor (el polista Martin Barrantes) con el que comparte su flamante loft, quien ahora es su marido, una frustracion (queria ser la coconductora, junto a Julian Weich, de Sorpresa 2002) y una participacion en la tira Rebelde Way.
Mientras tanto, Pampita se convierte en foto de acuerdo a una logica que ella explica de la siguiente manera: "Tengo que aparecer salvaje, pero no grasa; latina, pero no burda; sexy, pero no grotesca: No tengo problema en sacarme la ropa y mostrar lo que haga falta. Siempre estoy dispuesta y de buen humor, porque en este trabajo no sirve ser fiaca". Cuenta tambien, que su rutina ahora incluye, tres veces por semana, aplicarse electricidad en la cola, oxigeno en las nalgas y baños de hielo (que los especialistas en estas artes llaman "crioterapia") para mejorar la circulacion, limpiar las impurezas del cuerpo y obtener una piel fotografiable. Adicta al agua y a los abdominales, Pampita completa su retrato recitando sus defectos: es tacaña, celosa, llorona y caprichosa.
En la foto, en cambio, no hay defecto que empañe sus virtudes. Alli es cuando la imagen vale mas que las palabras.
LA PRESENTACIO DE EL RAYO
